Solamente cuando escucho
sonar las campanas
soy capaz de que pare el pulso,
como el eco de su canto
cuando llama al llanto.
Solamente cuando escucho,
soy capaz de soñar,
de esperar encuentros,
de anhelar olvidar.
Y es cuando olvido,
cuando puedo descubrir al búho,
cómo mueve sus alas,
imperceptibles al mundo.
Solamente cuando callo,
puede el gallo cantar alto.
Y a lo lejos se oirán,
la campana, su canto,
un búho, un grillo,
y no seremos capaces,
de temer al ruido,
de sentir miedo soledad o frío.
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