Subió el buey a un tejado
porque no quería ser visto,
se quedó allí todo un día,
pisando tejas, pasando el rato.
Se veían huertos, de frutos llenos.
todo alli parecía, un mundo perfecto.
Cuando quieras esconderte, no te ocultes en lo oscuro,
sube a un tejado alto,
que te tape de los miedos,
que te enseñe a vivir
como viven los gatos.
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