Se mueven las espigas, aún sin tener orilla
porque es el mismo viento
el que susurra a tiempo,
y serán así semillas,
como otras veces gotas, las que
recorran distancias,
siempre junto a las otras.
Y será el murmullo de las ramas
el mismo que el del coral
cuando el viento susurra
si escuchamos de verdad.
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