Suena una campana, comienza Enero


Empieza Enero, caminando el sendero.

Como el hontanar llama a su fuente
 y a su manantial, 
para que no paren su marcha, 
¡agua no vaya a faltar!

Y la cigüeña blanca, 
desde arriba repasa, 
que no hubiera quedado un nido, 
cubierto de escarcha.

Y el águila culebrera,
oteando el paisaje
extraña, extraña un plumaje
tupido y oscuro, 
con otro linaje.

Verás a los riscos fríos y quietos, 
como los conoció San Juan. 
Y a la par en altura 
un pequeño ciprés,
todos fueron testigos, 
de poemas y porqués.

Y van haciendo callados y anónimos
la historia 
a sus pies.

Por el Valle de los Dos Cauces y del Último Pino,
sopla aguanieve y arden cobijos, de puro frío.

Y las campanas dicen, que empieza un año, 
y repican fuertes, como en tiempo antaño,

y dan la vuelta entera,
y retumban las piedras,
como cantos pequeños
que escupiera cantera.

Y la nieve, calma y blanca
nuestra dicha, en Enero atempera.

Sin medias tintas
pura y limpia
los días, modera,
igual que el calor del verano, 
a la frondosa higuera. 

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