La higuera, daba higos
en el resguardo de su retiro.
Al árbol, tímido
un camino conducía
por veredas verdes
amapolas y campanas,
melodías difundían.
Fue, tiempo atrás
paladín en la vereda,
de la sequía, una hebra,
una piedra, de empedrado
los cañones, despoblados
y en la soledad de la peña,
higos dulces, sonrosados.
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