Me lo dijo el niño,
que no quería el globo,
porque pensaba, triste
que se volaría solo.
Me dejó pensando,
como en invierno el lobo,
que teme cruzar el valle,
y lo deja atrás todo.
Como el pozo solo
como planicie sin corzo
como mano y torso..
Todos los globos,
en el Ecuador y el Polo
se escapan a veces libres,
de manos de todos
para dejar atrás el miedo
alejarse del fondo,
como pastor que lleva,
a sus ovejas
a hombros.
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