¡Ay!, Cuantas veces quise ser arena
en su esencia quieta
en su esencia eterna,
en sus sueños navega
y sola, sueña
guarda su alma
y te espera.
Montes altos y altos cerros
para que los valles se abajen
se disipen los miedos.
Riscos y cimas, sobre colinas,
que nuestra esperanza, sea brisa,
que elefantes grises
caminen sin prisa
y aves, de colores
nos dejen sonrisas.
Y que todos,
un día
rememos ventiscas.
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