Hay agujeros que en un segundo
te llevan al cielo,
no son de los que haya más,
ni los que veas primero.
Son agujeros más bien,
extraños y pasajeros,
en un instante se dan,
como fuerte aguacero.
Son un gesto cortés,
un enfado feliz,
un buey almizclero.
No dejes pasar los instantes,
que te acercan al cielo.
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